jueves, 25 de octubre de 2012

Crítica sobre la crítica


   

La larga búsqueda del término medio. La historia de la filosofía nos lo ilustra desde la figura de un pensador tan antiguo como Aristóteles. En literatura, el Neoclasicismo y la Ilustración también persiguen este empeño griego en la mesura y la huida de los excesos.

En el artículo de Nacho Garzón se expresa esta misma preocupación en relación a la crítica teatral: cómo ejercer una crítica profesional y responsable sin caer en ninguno de los dos extremos, ni pasarse ni quedarse corto.

Esta preocupación en torno a la cual gira el artículo es encarada de modo práctico por Eduardo Haro Tecglen en su sutil crítica del libro de Miguel Ángel Menassa.

Lo más destacable desde mi punto de vista, y que, ya desde la enunciación, ya desde el ejercicio de la propia crítica, se encuentra presente en los dos artículos, es esa necesidad de no perder de vista el respeto ante quien ha dedicado esfuerzo y trabajo a mostrar algo sobre un escenario. Pocas formas de arte evidencian mejor que el teatro la desnudez prácticamente absoluta del creador o la creadora ante su obra mostrada. La crítica teatral no puede perder de vista este hecho; no como motivo para la compasión, sino para el respeto por ese acto de honestidad. Como menciona Nacho Garzón, de esta actitud de respeto debe derivar una humildad ante lo que se critica.

Quien critica no es omnisciente ni todopoderoso y puede equivocarse -y, de hecho, como en el resto de facetas humanas, se equivoca con frecuencia. Cuanto menores sean las pretensiones de partida menos doloroso resultará reconocer el error cuando este se produzca. Lo mismo en crítica que en el propio arte criticado.

Todo esto no significa, desde luego, que la obra, el producto de ese esfuerzo artístico, no pueda -y deba- ser criticada. Este ejercicio de examen forma parte de esa misma actitud de respeto hacia el trabajo ajeno: no hay mayor falta de respeto, en este sentido, que la de la indiferencia.

¿Cómo debe, pues, ejercerse esta crítica humilde y respetuosa pero necesaria al mismo tiempo? Poniendo los propios conocimientos y experiencias al servicio del público y de los creadores, y con la conciencia simultánea de las propias limitaciones. En ese sentido, la crítica debería estimular y alentar procesos de mejora y posibilidades inexploradas, así como iluminar conexiones y paralelismos con otros contextos sociológicos y artísticos.

En resumen, diríamos que la crítica debe alentar y estimular, aun cuando la conformidad con lo que se ha visto no sea demasiado favorable; solo esta vía positiva de la crítica evitará fatalismos y heridas profundas.

En realidad, no se trata tanto de la búsqueda de términos medios como de la excelencia o mejora en aquello en lo que se trabaja. Esta excelencia puede no encontrarse en el propio espectáculo, y en ese caso habrá de ser apuntada. La búsqueda y la profundización en los procesos de mejora es lo único que puede salvar, tanto al arte como a la crítica, de creerse más o menos de lo que realmente son. Lo mismo, repetimos, en crítica que en arte.

lunes, 15 de octubre de 2012

Hoja de estilo y deontología


Instrucciones para todos los miembros y colaboradores

1. Siempre piensa en el lector. No se escribe para que se luzca el escritor sino para informar y entretener al lector. Es más: sólo va a lucirse el escritor cuando su texto sea claro y ameno. ¿Quién es el lector? Puede ser un lector especializado, pero lo ideal sería llegar al mayor número de lectores posible. Mejor dicho: casi cualquier tema, por esotérico que sea, puede interesar a cualquier lector medianamente inteligente con tal de que el escritor tenga tres cualidades: conocer su materia, ser entusiasta y saber contar. Escoge temas interesantes y desarróllalos de manera clara y directa. Olvida el estilo. El estilo sólo aparecerá después: no se puede cultivar ni fingir.
 
2. Antes de escribir, piensa. Organiza tus ideas, a veces con un pequeño boceto. ¿Cómo organizar tus ideas? Cada artículo es diferente. Muchas veces hay que darle al lector el sentido de que está avanzando: que tu artículo tiene un comienzo, un medio y un final. A veces es conveniente organizar el artículo por ideas: no cuentes lo que opina cada entrevistado, sino utiliza varias opiniones para apoyar ciertos puntos de vista. O querrás dejarle al lector con una impresión, aunque él no recuerde todos los datos o cifras. El tiempo que empleas en pensar y organizar lo ganarás de sobra en el momento de escribir.
 
3. Engancha al lector. Lo más importante es el arranque: quieres enganchar al lector de la forma más amena y llamativa. Este primer párrafo (o párrafos) puede ser una anécdota, un dato histórico, una provocativa interrogación, la descripción de una escena o ambiente, el retrato de una determinada persona, etcétera. Cuidado: raras veces el inicio será una cita directa o un resumen del artículo, a pesar de lo que vemos todos los días: la cita directa o el resumen son muchas veces el recurso de un escritor que no se ha tomado la molestia de ingeniar un comienzo de verdad.
 
4. No le sueltes. En el resto del artículo, vas a llevar al lector paso a paso y de la manera más amena posible. Puedes incluir otras anécdotas, estadísticas, humor, observaciones personales... cualquier cosa para desarrollar el tema sin que decaiga el interés. ¿Un entrevistado tiene una forma de expresarse especialmente elocuente? Pues incluye muchas citas directas. Procura que el lector se diga continuamente, “¿Y entonces qué pasó?”. (Hay periodistas que cuentan una historia especializada de economía, algo aparentemente aburrido, y sin embargo la lees como si fuera una apasionante historia de detectives.) Muchas veces la escritura consiste en levantar en el lector expectativas que luego se satisfacen. Es útil establecer un tono, una voz que le inspira confianza; de ahí la importancia de leerte lo que has escrito en voz baja.
Cuidado: si ves que tu boceto inicial no funciona, cámbialo.
 
5. Termina de forma brillante. Tras el arranque, el párrafo más importante es el último. Puedes meter otra anécdota o hablar del futuro o referirte al inicio para así redondear la faena.
 
6. Cuida la técnica. Todo oficio tiene su técnica, aunque debería pasar inadvertida. En esto de escribir, la regla de oro es sujeto, verbo, predicado. Las palabras normales y corrientes son mejores que las largas y pretenciosas. Huye del polisílabo y de los palabros que repiten como loros políticos, locutores y tertulianos. Si basta una palabra, ¿para qué usar tres? Si bien no se puede fijar una extensión ideal, normalmente las frases cortas se entienden con mayor facilidad que las largas. Hay más fuerza al final de una frase que al principio. Para no ser monótono, intenta variar la extensión de las frases y de los párrafos. En un buen párrafo, las frases se suceden con fluidez, con una lógica inexorable. Sin que haya rigidez, cada párrafo debe de desarrollar una idea, y las frases en ese párrafo han de apoyar esa idea. Son importantes las transiciones entre párrafo y párrafo. Recuerda: queremos allanar barreras al lector, no construirlas.
 
7. Cuida la revisión. Tras la fase de investigación y organización, es posible escribir un reportaje o ensayo en un par de horas. Sin embargo, el buen escritor está otras tres o cuatro con la revisión. Este obsesivo proceso de limar es fundamental: ten por seguro que si tú mismo encuentras una frase algo farragosa o imprecisa, al lector le va a sentar como una piedra en el ojo. También procura eliminar todo párrafo, frase o dato que sobra (lo bueno, cuando breve, etcétera). Luego, si dispones de más tiempo todavía, conviene dejar el artículo una semana para poder leerlo de nuevo: aparecerán defectos que no habías visto antes. Procura enseñar el artículo a varias personas para que den su opinión. Si concuerdan en que un elemento no funciona y tú mismo tenías tus propias dudas sobre ese elemento, cámbialo o elimínalo.
 
8. Estos siete puntos vuelven al inicio: piensa siempre en el lector.

Un oficio con importancia




Las cosas más importantes de esta vida parecen ser, justamente, aquellas a cuya consideración no suele concederse una gran cantidad de tiempo y de recursos.

Dice Nieva en su artículo que en el panorama actual de sobrecarga literaria de textos y obras, resulta superflua la publicación de una novela o una poesía más o menos. El escritor ya no cumple la función social que le era reclamada en el siglo XIX, y hasta se encuentra en entredicho la cuestión misma de si cumple función social alguna.

Nadie puede escribir hoy día, continúa Nieva, con la pretensión de hacerse rico, ni siquiera muchas veces, con la pretensión de ganar algún dinero. Ejemplifica para ello con el caso del poeta. El artículo, del año 2000, ha visto incrementado su sentido con el paso de los años y los avatares de estos últimos tiempos. Los debates acerca de la literatura como forma de ganarse la vida son cada vez más complejos y arriesgados, y tienen que vérselas muchas veces con los problemas de la gestión de los derechos de autor y también con muchas actitudes de incomprensión hacia los gremios de la cultura.

Nadie que escriba lo hará pensando en ganar dinero con ello. O, por lo menos, nadie lo hará en primer lugar y de forma prioritaria. La necesidad de escribir no está ligada a la de comer. Nieva habla de la escritura como condena, y es ahí donde se revela el carácter paradójico del artículo, que nos habla en el título de un oficio sin importancia mientras reivindica los orígenes no contingentes ni voluntarios del acto de escribir.

El escritor o la escritora escriben porque no pueden dejar de hacerlo. Como vía de comprensión y acercamiento al mundo que les rodea y también a sí mismos, la escritura es para Nieva una condena.

Por todo ello, el de la escritura es un oficio al que no debería concederse una importancia especial. Del mismo modo que no se la concedemos a la necesidad de respirar o parpadear esporádicamente. Simplemente, y cuando llega el momento, se respira o se parpadea. Así se escribe. Escribamos, pues, y dejemos de darle vueltas al hecho de hacerlo. Escribamos.

domingo, 14 de octubre de 2012

JOSÉ




Si en el Teatro la excelencia es el arte de saber regalar, la trayectoria del dramaturgo José Sanchis Sinisterra es una caso ejemplar de generosidad y entrega. A sus 72 años Sinisterra continúa ejerciendo su tarea diaria con el entusiasmo de un aprendiz, con la pasión de un amateur que aún no hubiera encontrado su lugar entre los maestros. Sinisterra ofrece su amplia experiencia en la investigación dramatúrgica con la idea de que todo teatro está por hacer desde el campo de la dramaturgia, contradiciendo los tópicos y rebelándose (y revelándonos una vida nueva para la escritura dramática) contra el estatismo y la apatía. Desde La Corsetería, el laboratorio teatral que dirige en el madrileño barrio de Lavapiés Sinisterra, junto a un grupo de jóvenes entusiastas, impulsa El Nuevo Teatro Fronterizo, continuación de aquel Teatro Fronterizo, que viera la luz en los albores de la Transición. La pedagogía a la que Sinisterra nos invita en sus Talleres es un mapa abierto en donde se abren nuevos caminos que transitar, por los que despliega enclaves estratégicos para llegar a destinos plenos de resonancias, con parada en estaciones de servicio y zonas de avituallamiento en las que repostar cuando la energía creativa decae. La labor docente de Sanchis ensancha la mirada de los dramaturgos y dramaturgas que nos acercamos a él con la intención de aprender. Y él se impregna de cada momento de vida que pasa por su lado. Se advierte en el brillo de sus ojos, en el movimiento de sus manos cuando trasmite un nuevo concepto, en la alegría jovial con la que recibe cada nuevo texto que se le presenta.

EFÍMERA POR EFÍMERA




Efímera es el escudo bajo el que se oculta una identidad sin nombre ni apellidos. Todo lo que podemos decir sobre su naturaleza es que Efímera es un organismo autónomo explorador de abismos. Existen pocos datos biográficos sobre su vida. Se sabe que se transformó radicalmente tras conocer la personalidad de Julio Cortázar, en la entrevista que en 1977  el escritor argentino mantuvo con el periodista español Joaquín Soler Serrano. Después de aquella epifanía, las lecturas de Rayuela, y especialmente, de El perseguidor y otros cuentos de cine derivaron para siempre a Efímera hacía el terreno de la inscritura, autodisciplina que contiene el artefacto secreto de su universo literario. Desde entonces, para quien ha seguido su trayectoria errante, Efímera ha existido en el incierto lugar de la imaginación. Algunas de sus inscrituras han adoptado azarosamente la forma de guión cinematográfico y otras han sido encontradas bajo el aspecto de fragmentos filmados. Las más recientes, las halladas en el invierno de 2012 por el grupo de Investigación Fabular Cronopios bajo las ruinas de la ciudad de Mon, son el testimonio del paso de Efímera por aquella civilización que no quiso someterse al paso del tiempo y emprendió una nueva odisea por la escena celeste.

ARRIBA EL TELÓN




El pasado miércoles 10 de octubre tuvo lugar en la Sala Valle Inclán de la Real Escuela Superior de Arte Dramático, la presentación del curso académico 2012-2013. Las butacas del teatro se llenaron de estudiantes que, con desigual atención, escuchaban las palabras de bienvenida del director de la Escuela, Ángel Roger, encargado de abrir la ceremonia. Entre otras cuestiones, Roger mencionó las dificultades que atraviesa la  comunidad educativa y exhortó a los y las presentes a trabajar con entusiasmo para superar el difícil momento que vive el sector de la Cultura en nuestro país. Tras los saludos y muestras de agradecimientos iniciales, la presentación se convirtió en un acto de homenaje en memoria del profesor Iñaki Gorroñogoitia, fallecido a comienzos del curso pasado. El recuerdo de su paso por la Escuela emocionó visiblemente a la mayor parte del auditorio, especialmente a aquellos que tuvieron la oportunidad de recibir directamente las enseñanzas de Iñaki.
Un nuevo curso comienza. Como cada año, los espacios de la Real Escuela Superior de Arte Dramático se llenarán de nuevas energías, de momentos de elevada intensidad, de ilusiones renovadas; lo pudimos intuir de manera especial en los semblantes de los alumnos y de las alumnas de primero de todas las especialidades que experimentaban por vez primera la sensación de estar participando de esta singular ciudadela del teatro. Nuestros mejores deseos para todos y todas.

jueves, 11 de octubre de 2012

Un año más, pero a golpe de espada.



La Real Escuela Superior de Arte Dramático ha dado el pistoletazo de salida del nuevo curso académico. En esta ocasión el acto ha estado centrado en la esgrima como forma de homenaje al Profesor Iñaki Gorroñogoitia, trágicamente fallecido el pasado mes de noviembre. La inauguración ha tenido lugar esta mañana a las doce, en la sala Valle-Inclán de la Escuela. A él ha asistido la práctica totalidad del profesorado y el alumnado. Tras las palabras iniciales del Director, Ángel Martínez Roger, se ha proyectado un vídeo confeccionado a partir de fragmentos de distintos eventos y montajes del curso anterior. A continuación, ha comenzado la propuesta escénica que cada año se prepara con motivo de la apertura y que este año se centraba en la esgrima. En ella han participado tato alumnos y alumnas de tercer curso de interpretación, como sus profesores y profesoras, caracterizados para la ocasión. A partir de la esgrima, mezclada con disciplinas como la danza, se ha ofrecido un espectáculo basado en la música y en el trabajo gestual. Como guinda, parte del personal de la Escuela -docente y no docente- ha realizado el saludo de esgrima hacia el público. El curso 2012/2013 inicia así su andadura.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Silvia Nanclares.



Silvia Nanclares es un ejemplo de iniciativa constante en el campo de la escritura. Nace en el barrio madrileño de Moratalaz en 1975. Desencantada de la Filología, estudia Dramaturgia en la Resad. En el año 2000 publica y estrena Dieta, su primera obra teatral, a la que siguen Hermanitos en 2001 y Teoría capicúa en 2002. En 2006, hastiada de la capital, inicia un paréntesis y se traslada a Sevilla; allí permanecerá durante los siguientes cuatro años. En este tiempo escribe El Sur: Instrucciones de uso; se trata de un conjunto de relatos que juegan a medio camino entre lo autobiográfico y la ficción. A propósito de esta combinación también comienza a colaborar con la Librería Relatoras en la impartición de talleres de escritura creativa: es pionera en la aplicación del enfoque feminista a la escritura, como vía para el empoderamiento personal. Gran defensora de la filosofía del do it yourself y de la creatividad como vía de resistencia personal y política, en 2010 autoedita Al final, un álbum ilustrado infantil -y también adulto- escrito en colaboración con el ilustrador Miguel Brieva. Ya de regreso en Madrid, en 2011 se implica personalmente en la lucha social y política del 15M, a la luz de la cual crea de manera colaborativa la plataforma digital Bookcamping, que pretende colocar sobre la mesa el debate sobre la gestión de los derechos de autor, así como contribuir de forma decisiva a la liberación de textos de todo tipo. A partir de 2010 colabora también con Fuentetaja Escuela de Escritura. Escribe y publica su blog Entorno de posibilidades desde el año 2011. Y colabora en distintas publicaciones y medios, como Diagonal, Vacaciones en Polonia, Calidoscopio y el recientemente desaparecido Carne Cruda (Radio3).

lunes, 8 de octubre de 2012

Eva Långstrump.



Eva Långstrump nace en Madrid en 1982, en el seno de una familia racionalista y liberal. Aunque su educación la dirige hacia ámbitos más formales, ciertas debilidades artísticas se dejan notar muy pronto en sus intereses. De ello tienen buena culpa los personajes que pueblan su infancia, del que su propio nombre pretende ser un homenaje. Escribe su primera novela rosa con solo nueve años. Cuando tiene doce ve la luz El sol del invierno, escrita en prosa poética. Después de algunos años grises en la universidad se adentra de forma definitiva en el mundo de la escritura y también en el del teatro. En su segunda novela, Las mujeres fuertes, abandona el rosa por el rojo con ciertos toques de verde y azul marino. Alterna los inviernos de teatro con los veranos de narrativa: Cuentos del ajo es su primer volumen de relatos. Su producción dramática se ve influida por fuentes diversas, desde Thomas Bernhard y Harold Pinter a Sarah Kane. Aunque su prosa aparenta la suavidad de un algodón de azúcar esconde un corazón del más amargo y oscuro de los chocolates.