domingo, 14 de octubre de 2012

EFÍMERA POR EFÍMERA




Efímera es el escudo bajo el que se oculta una identidad sin nombre ni apellidos. Todo lo que podemos decir sobre su naturaleza es que Efímera es un organismo autónomo explorador de abismos. Existen pocos datos biográficos sobre su vida. Se sabe que se transformó radicalmente tras conocer la personalidad de Julio Cortázar, en la entrevista que en 1977  el escritor argentino mantuvo con el periodista español Joaquín Soler Serrano. Después de aquella epifanía, las lecturas de Rayuela, y especialmente, de El perseguidor y otros cuentos de cine derivaron para siempre a Efímera hacía el terreno de la inscritura, autodisciplina que contiene el artefacto secreto de su universo literario. Desde entonces, para quien ha seguido su trayectoria errante, Efímera ha existido en el incierto lugar de la imaginación. Algunas de sus inscrituras han adoptado azarosamente la forma de guión cinematográfico y otras han sido encontradas bajo el aspecto de fragmentos filmados. Las más recientes, las halladas en el invierno de 2012 por el grupo de Investigación Fabular Cronopios bajo las ruinas de la ciudad de Mon, son el testimonio del paso de Efímera por aquella civilización que no quiso someterse al paso del tiempo y emprendió una nueva odisea por la escena celeste.

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