Si en el Teatro la excelencia es el arte
de saber regalar, la trayectoria del dramaturgo José Sanchis Sinisterra es una
caso ejemplar de generosidad y entrega. A sus 72 años Sinisterra continúa
ejerciendo su tarea diaria con el entusiasmo de un aprendiz, con la pasión de
un amateur que aún no hubiera
encontrado su lugar entre los maestros. Sinisterra ofrece su amplia experiencia
en la investigación dramatúrgica con la idea de que todo teatro está por hacer desde el campo de la dramaturgia,
contradiciendo los tópicos y rebelándose (y revelándonos una vida nueva para la
escritura dramática) contra el estatismo y la apatía. Desde La Corsetería, el laboratorio teatral
que dirige en el madrileño barrio de Lavapiés Sinisterra, junto a un grupo de
jóvenes entusiastas, impulsa El Nuevo
Teatro Fronterizo, continuación de aquel Teatro Fronterizo, que viera la luz en los albores de la
Transición. La pedagogía a la que Sinisterra nos invita en sus Talleres es un
mapa abierto en donde se abren nuevos caminos que transitar, por los que
despliega enclaves estratégicos para llegar a destinos plenos de resonancias,
con parada en estaciones de servicio y zonas de avituallamiento en las que
repostar cuando la energía creativa decae. La labor docente de Sanchis ensancha
la mirada de los dramaturgos y dramaturgas que nos acercamos a él con la
intención de aprender. Y él se impregna de cada momento de vida que pasa por su
lado. Se advierte en el brillo de sus ojos, en el movimiento de sus manos
cuando trasmite un nuevo concepto, en la alegría jovial con la que recibe cada
nuevo texto que se le presenta.
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